Tradición e innovación en la Arquitectura de tierra de Burkina Faso
Grado en Fundamentos de la Arquitectura | Julio 2017
La tierra es uno de los materiales de construcción más antiguos y utilizados en todo el mundo y especialmente en países como Burkina Faso, donde la facilidad de obtención del mismo, así como sus diversas formas de aplicación la convierten en un recurso óptimo para la edificación. La influencia europea, sin embargo, ha propiciado la incorporación de nuevos materiales, como el bloque de hormigón y la chapa metálica, que nada tienen que ver con la tradición constructiva, el clima y la sociedad del país.
A raíz de la situación de insostenibilidad económica, ecológica y social que supone la utilización de estos materiales constructivos, cada vez son más las obras que utilizan la tierra, en nuevos formatos y diseños mejorados, como material de construcción principal, devolviendo prestigio y uso a un material socialmente ignorado y desprestigiado.

TRADICIÓN
La estrecha relación entre la forma de vida de cada pueblo y su arquitectura implica una amplia variedad de tipologías, tanto en la organización del territorio como en la propia edificación. Sin embargo, todas ellas responden a factores comunes como el clima, la protección solar y, por supuesto, la tierra como principal material de construcción.
La evolución de los primitivos asentamientos ha dado lugar a una serie de poblados constituidos por distintas agregaciones (conjunto de edificaciones organizadas en función del estatus social de sus habitantes y que supone una entidad propia y autónoma dentro del poblado). Los distintos conjuntos pueden clasificarse, de manera conceptual y atendiendo a su morfología, en agregaciones de forma circular, poligonal e irregulares. Esta clasificación condicionará, a su vez, la de las viviendas, que serán circulares o poligonales en función de la forma del conjunto en el que se encuentren.

Los aspectos comunes de los distintos pueblos y agregaciones son su carácter defensivo dados los múltiples enfrentamientos históricos entre grupos étnicos incluso entre miembros del propio poblado, la marcada transición entre los espacios (privados en el interior de las viviendas, semi públicos en los espacios exteriores anexos a ella y públicos en las zonas exteriores del conjunto) y el intenso control visual tanto al interior como al exterior.

Las viviendas circulares suelen estar construidas con adobe y muros de tierra moldeada principalmente, y su agrupación rigidiza el conjunto, constituyendo un sistema estructural capaz de resistir eficazmente los empujes horizontales. Las viviendas de formas poligonales se construyen tanto con adobe como utilizando la tierra en su estado plástico. Esta tipología supone una “evolución” dentro del ámbito de la vivienda tradicional, aunque el cambio morfológico no varía las funciones descritas anteriormente. En este caso, sin embargo, no se tiene la estabilidad estructural con la que cuentan las agrupaciones de viviendas circulares, por lo que se construyen las distintas viviendas y habitáculos perpendicularmente unos con otros para afrontar los esfuerzos horizontales.
Además de viviendas, las distintas agregaciones cuentan con una serie de graneros, tanto comunes como privativos, donde se almacenan las cosechas preservándolas de la intemperie. Su disposición suele variar de un conjunto a otro, pero principalmente se trata de obras aisladas dentro del propio recinto.
Las distintas soluciones constructivas empleadas tradicionalmente tienen en cuenta:
- las cimentaciones , elementos fundamentales para resolver problemas de durabilidad debidos a la humedad por ascensión. Se realizan, principalmente, con una cama de grava tanto para muros como para soportes.
- los muros de tierra, donde se emplea el mismo material que se extrae del suelo donde va a realizarse la construcción. Existen tres variantes en el proceso de conformación final del material: adobe, tierra moldeada y muro de mano o cob.
- las cubiertas de tierra, que tienen un carácter “pesado” en contraposición a las cubiertas vegetales, que serían “ligeras”. La solución más común es la cubierta plana de acceso general, que puede realizarse sobre un bastidor o marco de madera o sobre bóvedas de tierra.
El principal motivo de la degradación de la tierra es la exposición a la intemperie, siendo el agua, el sol y el viento los principales factores de dicha degradación. La protección contra estos agentes se logra a través de distintos detalles y elementos constructivos entre los que destacan los revestimientos y enlucidos de tierra. Éstos tienden a incrementar su espesor en los puntos de mayor degradación como las esquinas y los marcos de las carpinterías. También se reviste el interior de los muros y el suelo de las viviendas.

INNOVACIÓN
La influencia europea en la arquitectura de Burkina Faso ha supuesto un cambio en sus edificaciones, tanto en la materialidad como en su función y diseño. Los bloques de hormigón y las cubiertas metálicas han sustituido, en gran medida, a los tradicionales habitáculos construidos con materiales vernáculos como la tierra y los distintos elementos vegetales. Esta evolución tiene un gran impacto en la vida y supone la disminución del confort climático dentro de las viviendas, la individualización de las mismas (al construirse aisladas en contraposición al concepto de agrupación tradicional) y la dependencia extranjera a la hora de importar los materiales de construcción. La ventaja que aporta este sistema, sin embargo, es la durabilidad, ya que este tipo de construcciones no precisan apenas mantenimiento, sobre todo después de la temporada de lluvias.
Pero, a pesar de este “entorno hostil”, existen también nuevas construcciones realizadas con tierra desde un punto de vista nuevo. El material más utilizado en este contexto es el Bloque de Tierra Comprimida, un ladrillo prensado mecánicamente que suele llevar una pequeña proporción de cal o cemento y se deja secar al aire libre para formar muros de fábrica. Además, los diseños de los distintos edificios están enfocados a combatir los factores climáticos a través de elementos pasivos.
Con esta tipología de construcción encontramos complejos como el Panafrikan Institute for Development en Ouagadogou, que además de utilizar la tierra como material de construcción intenta agruparse siguiendo patrones tradicionales, el Complejo de Educación Primaria de Gando, realizado por el arquitecto local Francis Kéré o la Escuela Secundaria de Baasneeré.

Este cambio en la materialidad y diseño de los edificios supone una notable mejoría en los niveles de confort del interior de los mismos, adoptando además, una apariencia más acorde al entorno en el que se encuentran.
Sin embargo, en mi opinión, esta solución no puede tomarse como única o definitiva ya que, a pesar de contar con un material vernáculo y contar con mano de obra local formada para tal fin, las decisiones proyectuales son tomadas, en su mayoría, por técnicos extranjeros que siguen utilizando criterios ajenos a la tradición del lugar. Esta reflexión no supone una crítica a la labor que realizan los arquitectos y organizaciones promotoras de este tipo de edificaciones, ya que gracias a muchos de ellos, se está volviendo a utilizar un recurso vernáculo y sostenible en la edificación como es la tierra, sino que alude a la necesidad de tener más en cuenta la tradición a través de su reinterpretación como vía para la mejor adecuación al paisaje y a la forma de vida local.
La realización de este trabajo ha supuesto para mí el descubrimiento de una modalidad de construcción que no había considerado nunca hasta el momento de realizar este trabajo y que ahora mismo considero básica y necesaria para el desarrollo de países como Burkina Faso. El trabajo completo puede descargarse desde el repositorio RiuNet de la UPV y puede leerse en issuu.
